" II. SARCÓFAGOS DE CARAJÍA
La expedición Antisuyo de 1985 permitió realizar un descubrimiento sensacional. En lo alto de un precipicio, guarecidos en una gruta, se encontraban in situ ocho magníficos sarcófagos de la cultura Chachapoya(s) que jamás habían sido abordados por el hombre. Este grupo conspicuo de sarcófagos fue bautizado como el de los purunmachu(s), palabra quechua que significa hombre ancestral o pagano. Este vocablo, que pervive en el habla actual del territorio que poblaron los Chachapoya(s), es aplicado a los restos y a la gente de tiempos arqueológicos en general.
De caras chatas y mandíbulas prominentes, los sarcófagos fueron elaborados en forma de grandes cápsulas de aspecto humano. Como materia prima fue empleada arcilla mezclada con paja brava o ichu. Sólo la cabeza y el busto son compactos, confeccionados a partir de una armazón de palos.
El cuerpo exterior del sarcófago, al igual que la cabeza, van coloreados con pintura roja de dos tonalidades, aplicada sobre una base blanca. Los motivos a color evocan la fastuosa túnica plumaria del personaje. Por encima de la cabeza de cada sarcófago era emplazado un cráneo, acondicionado con algodón y gasas y empastado para simular el rostro en vida del decapitado.
Los excepcionales sepulcros de Carajía fueron levantados por los Chachapoya(s) para enterrar a personajes de alto rango. Resultan ser únicos en su género, no sólo por haber permanecido intactos sino también por su gran tamaño que en un caso alcanza los 2.40 metros de alto. Los sarcófagos Chachapoya(s) o sepulcros en forma de estatuas, se distingue de los del Viejo Mundo por cuanto eran colocados verticalmente.
Los purunmachu(s) de Carajía están cobijados en una gruta artificial excavada en una pared rocosa ubicada en lo alto de un barranco de difícil acceso distante dos horas de Trita (Luya-Amazonas) en la cuenca del Utcubamba. Acceder al sitio resulta complicado y riesgoso: son 24 m verticales que separan la gruta del estrecho sendero natural al pie del acantilado, el mismo que desciende desde aquí por 200 m hasta alcanzar la quebrada de Aispachaca.
Durante el terremoto de 1928 que azotó la región, uno de los sarcófagos cayó al abismo. Dejó al derrumbarse forados en los dos contiguos, debido a que las estatuas funerarias están pegadas unas a otras. Esta circunstancia permitió estudiar el interior de dos de los sarcófagos, evitando de esta manera violentar los demás que permanecen intactos.
Se constató que cada sarcófago cobijaba un cuerpo momificado, colocado en posición de cuclillas y envuelto en telas. También se hallaron junto al difunto y en calidad de ofrendas, calabazas, objetos de cerámica que originalmente contenían alimentos, utensilios de tejer y ovillos de lana. Todo ello para que el difunto pudiera seguir practicando sus labores cotidianas en ultratumba, lo que evidencia que los antiguos Chachapoya(s) se aferraban a la creencia en una vida en el más allá.
Los Chachapoya(s) colocaban sus sarcófagos en precipicios rocosos, debido a que allí no crece vegetación. De esta manera evitaban que los cuerpos fueran afectados por la humedad. De acuerdo a las pruebas radiocarbónicas, la antigüedad de los sarcófagos se remonta a alrededor del año 1 200 d.C.
TESTIMONIOS SOMETIDOS A INVESTIGACIÓN POR PRIMERA VEZ POR EL IAA
I. LOS PINCHUDOS
II. SARCÓFAGOS DE CARAJÍA
III. LAGUNA DE LAS MOMIAS (o DE LOS CÓNDORES)
IV. PINTURA MURAL DE SAN ANTONIO
V. MAUSOLEOS DE TINGORBAMBA
VI. MAUSOLEOS DE REVASH
VII. MAUSOLEOS DE OCHIN
VIII. MAUSOLEOS CHACHAPOYA(S): PEÑA DE TUENTE Y OTROS
IX. TELA MONUMENTAL DE PISUNCHO
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